Aún nos esperan

 En el aire se apagaron las campanas,

El cerezo dejó de florecer y los niños ya no esperan 

La cosecha.

¿Dónde están las almas libres que corrían por el bosque?

Encerradas y adheridas en su comodidad.

En el río hay un lamento que nadie oye, entre los plásticos acumulados y las aguas mal olientes

Aún hay un niño buscando un fulgor de antaño, queriendo un cálido sueño.

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Aún deseo alguien que quiera escucharme, beberse mi amargo café y encontrar lo dulce por añadidura...





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